Los últimos meses del verano en Alaska son impresionantes, con hasta 22 horas de luz del día iluminando el paisaje mientras los animales se preparan para el duro invierno que se avecina. Esta época del año también trae otra cosa única: la cosecha del extraordinario Arándano Azul de Alaska. La mayoría de las frutas y vegetales se marchitarán rápidamente y morirán en los inviernos largos y fríos de Alaska. Pero el arándano silvestre de Alaska no es una fruta cualquiera. Ha evolucionado para protegerse de la brutalidad de los elementos con un pigmento de color rico en su piel llamada antocianina. Este fitoquímico es la fuente de la destreza antioxidante del Arándano Azul Silvestre de Alaska, que cuenta con más de 5 veces la potencia del arándano común.
Otra adaptación notable encontrada en la naturaleza comienza con una simple manzana suiza cultivada por primera vez hace cientos de años. Permaneciendo fresco mucho más tiempo que otras variedades, el Uttwiler Spätlauber fue apreciado por su longevidad. La clave para la resistencia a la descomposición son los ingredientes botánicos naturales que se encuentran en la piel de la fruta. Estos ingredientes botánicos protegen la fruta del estrés oxidativo y la inflamación provocada por la exposición a los rayos UV, y también actúan para revertir los efectos de este fotoenvejecimiento.
Kyäni no solo se inspira en la naturaleza para sus productos, sino que esos poderosos ingredientes son emblemáticos de la cultura y tenacidad de Kyäni. Las familias fundadoras de Kyäni comenzaron con pequeñas empresas que, como una manzana o un arándano, podrían haber sido fáciles de pasar por alto. Pero con trabajo arduo e innovación, los Hansen y los Taylor lograron un enorme éxito comercial en una multitud de industrias. Después de aprender cómo estas fuentes naturales de bienestar pueden impactar positivamente en la salud, las familias se unieron para formar Kyäni. Hoy en día, los poderosos productos de Kyäni marcan la diferencia en las vidas de millones de personas en todo el mundo.